17/6/10

DÍA 14: VISITA A NIKKO: UN LUGAR DE ENSUEÑO (NIKKO) (MARTES 18-08-09)

Después de estar unos días levantándonos más tarde que en Kyoto, este día nos volvimos a levantar más pronto (08:00). Al levantarnos escuchamos a Gus y Pili salir de la habitación, ellos también tenían previsto visitar ese día Nikko.
Desayunamos y salimos hacia la estación de Nippori. Cogimos la Yamanote Line hasta Ueno y una vez allí, buscamos la línea Tohoku para coger un Shinkansen que nos llevase hasta Utsunomiya, a unos 106 Km. de Tokio.
Al entrar a nuestro vagón vimos bastantes españoles dentro, íbamos todos al mismo sitio. Nos pusimos en marcha (9:38)y estuvimos jugando a la Psp, Nintendo Ds y escuchando música. Había una pareja sentada cerca mirando una guía de Japón, y en ese momento estaban mirando, bastante interesados, información de Nikko.
Llegamos a Utsunomiya en una hora y 10 minutos (10:23); una vez salimos del Shinkasen fuimos a buscar la línea JR de Nikko para coger el tren que nos llevase hasta Nikko. Pero antes de llegar, hicimos una parada a una tienda pequeña que había dentro de la estación para comprarnos unos sandwiches y algo de beber. Al salir de la tienda nos estuvimos comiendo los sandwiches enfrente de una estatua en forma de león que había al lado de la tienda. Una vez acabamos de comernos el almuerzo, nos fuimos a la Jr Nikko Line.

Llegamos al andén para coger el tren y vimos que había un tren local algo viejo, entramos a ver si era ese y al ver a los mismos españoles que nos encontramos en el Shinkansen de antes, vimos que era el tren correcto.
El tren se puso en marcha y se tambaleaba bastante, Miriam se empezó a preocupar por si se mareaba, ya que entre que no se podía sentar dentro del vagón mirando de frente (a la misma dirección del tren) y eso se movía mucho, Miriam no se fiaba demasiado. Al final el viaje en tren no estuvo mal y tan solo tardamos 45 minutos (11:15) en llegar a la estación de Nikko. Era ya la última estación de la Jr Nikko line.
La estación era pequeña y antigua, según dicen es la estación más antigua de Japón. Antes de salir de ella, estuvimos cogiendo folletos e información de Nikko, pero lo que más nos interesaba eran los autobuses y sus horarios. Nos acercamos a un mapa grande que había dentro de la estación donde venían las líneas de autobuses y sus horarios. Había 2 líneas de autobuses: una que te llevaba a la zona del lago y su catarata, y otra te llevaba al puente Shinkyo donde podías ir andando a la zona de los templos; que era lo que íbamos a visitar ese día. Nuestra línea de autobuses era la B, pero nos liamos un poco con el mapa y la parada de autobús que había que coger.
Nos sentamos en unos bancos que había dentro de la estación a tomarnos un chocolate caliente y un batido de chocolate fresquito de una de las maquinas que había al lado de los bancos.
Salimos de la estación y ya se había ido todo el mundo, nos quedamos solos y perdidos ya que no estábamos seguros de cual era la parada de autobús que había que esperar y ya no había españoles para preguntar.
Como ya se nos había ido el autobús, nos acercamos a una tienda a mirar y preguntar porque parada de autobús pasaba el bús que te llevaba hasta el puente Shinkyo.
La tienda era pequeña y un poco extraña, parecía como si las cosas que había allí estuviesen ya usadas y de segunda mano, e incluso habían cosas de metal y hierro hechas a mano con formas muy extrañas. Preguntamos a la dependienta (era una señora mayor igual de rara que la tienda) por la parada de autobús, pero la señora tenía pinta de desconfiar de nosotros y empezó a decir no a todo y a no saber nada, así que nos fuimos enseguida de la tienda.
Nos pusimos a esperar el autobús en la parada que había al lado de la tienda, pero a los 5 minutos apareció un autobús en la parada de enfrente (justo en la entrada de la estación de tren de Nikko) y el conductor del autobús nos empezó a llamar; al acercarnos nos digo que donde íbamos y le dijimos que hacia el puente Shinkyo para ver los templos, entonces nos dijo que nos subiéramos por que ese autobús te llevaba hasta allí. Menos mal que nos llamó el conductor, por que si no nos tiramos toda la mañana esperando o nos montamos en otro y aparecemos en otro sitio.
Sergio seguía desconfiando un poco de si ese era el autobús correcto, pero Miriam estaba tranquila porque sabía que íbamos bien. Se quedó más tranquilo cuando vio subir a unos alemanes que iban hacia el mismo sitio.
No tardamos mucho en llegar a la última parada (unos 10 minutos aproximadamente), nos bajamos y nos fuimos hacia el puente que estaba justo al lado.
El puente es espectacular, parecías que estabas en una época muy antigua. Nos hicimos fotos sin llegar a cruzar el puente por que no se podía (estaba prohibido). Cruzamos uno más moderno para pasar el río.

El puente Shikyo fue construido para poder ingresar al mausoleo del primer Shogun Tokugowa, cruzando el río Daiya. Los registros dicen que el puente ya existía en 1636, aunque la fecha exacta de su construcción no se ha precisado. Tiene una longitud de 28 metros de largo, y fue construido en el sitio donde tuvo lugar el legendario cruce del río por Shodo Shonin. Una inundación destruyó el puente en 1902; el actual es una construcción del 1907, y esta vedado el transito por el mismo. Pertenece al santuario Futarasan -jinja.
Llegamos al pie de unas escaleras de piedra donde había una piedra grande con una inscripción en japonés e ingles y que te ponía algo así como. “Monument of World Heritage”. Y allí nos encontrábamos los 2, en Nikko (literalmente “luz del sol”); uno de los lugares más maravillosos que hayamos visitado; lleno de santuarios, recintos sagrados y balnearios (Onsen). Ha sido inscrito por la Unesco como “Patrimonio de la Humanidad”. Se lo recomendamos a todo el mundo que visite Japón, es una visita obligada para todos los turistas, no os defraudar.

Nada más a empezar a subir las primeras 5 escaleras nos acordamos de echarnos el repelente de insectos, con tan mala suerte que cuando Miriam se hecho el spray a los brazos hubo una ráfaga de aire y le cayó un poco de repelente a los ojos. Al principio le dolían muchos los ojos para luego picarles un montón; la visión la tenía borrosa y no veía nada. Estuvimos a punto de irnos algún medico cuando a los 5 minutos empezó a pasarse todo, aunque le molestaba un poquito pero ya veía bien y no le picaban tanto los ojos. ¡Menudo susto nos llevamos!

Una vez pasado todo empezamos a subir las escaleras de piedra y cuestas dirección a los templos. Por el camino nos encontramos con un paisaje espectacular, una maravilla llena de árboles, bosques, riachuelos, etc. Mirases donde mirases todo era hermoso; ahora casi un año después lo pensamos y parece mentira que hayamos vivido eso, un sueño.
Antes de llegar al los templos importantes, nos encontramos algún templo y santuario pequeño. Llegamos a una fuente muy graciosa con un dragón muy parecido a Mushu (el dragón de Mulan) y junto a la fuente el monje budista Shodo Shonin, que fue el fundador del primer templo de Nikko llamado Shihonryu-ji.

Llegamos a la zona de los templos sobre las 12:00, lo que no sabíamos era donde conseguir las entradas combinadas y por donde empezar. Por fin vimos la oficina de venta de tickets, donde compramos el combinado para todos los templos (1200 yenes) para visitar los templos y santuarios: Treasure House, el Rinnoji Temple, Toshogu Shrine, Fuarasan Shrine y el Taiyuin. Al darnos las entradas, nos dieron una especie de fotocopia con el mapa de los templos y como hacer el recorrido para no perderse ninguno.
Empezamos nuestro peregrinaje visitando el Treasure House, era una especie de museo pequeño con un estrecho pasillo en el que había expuesto antigüedades de la época de Nikko y al final del pasillo había una pared acristalada con un banco para observar las maravillosas vistas del Shoyoen , un jardín precioso que había detrás del museo. Nos sentamos un poco a descansar y disfrutar de las vistas, era maravilloso.
Seguimos la visita al Treasure House y entramos a una estancia pequeña donde había expuestas más antigüedades. Acabamos pronto la visita, el lugar era pequeño y en 15 / 20 minutos veías todo.
Antes de salir y mientras Miriam iba al baño, Sergio estuvo observando una pintura que había en la entrada del museo; al parecer era un mapa del Nikko antiguo donde se veía dibujado la zona de templos, el puente Shinkyo, la cascada con el lago y personajes de la época (creemos que la Edo).
Salimos del museo por una puerta diferente por la que entramos y que daba directamente al jardín (Shoyoen) del Treaseure house.
El jardín, como todos en Japón, era precioso. Había muchos caminos para recorrerlo, un bonito estanque, puentes hechos de piedra para atravesar algún riachuelo, muchos bichos mutantes, etc. Estuvimos conversando de que en la época del cerezo (sakura) en primavera, el jardín tenía que ser impresionante verlo; ya de por si era precioso, no nos queremos imaginar como tiene que serlo en primavera.
Después de estar 20 minutos dando un paseo de lo más relajado por el jardín salimos de él y nos fuimos directos a Sanbutsudo, sala principal del templo Rinnoji, fundado el 766 por el monje budista Shodo Shonin, del que hay una estatua junto a la fuente dragón.
El Sanbutsudo estaba justo enfrente del jardín que acabábamos de salir, y el templo por fuera era enorme.
Entramos en Sanbutsudo y en su interior hay una estatua de Amida Buda, una de Senju-Kannon (Kanon de mil brazos) y Bato-Kannon (Kannon con cabeza de caballo, destinado a los animales).
Pero dentro nos surgió un pequeño problemilla y es que a mitad de camino nos topamos con un grupo de japoneses que iban todos juntos, y en ese preciso instante había un monje dando una explicación del Amida Buda al grupo; el pasillo era estrechísimo y estaba ocupado por todo el grupo de japoneses y no podíamos pasar, y como no queríamos molestar metiéndonos por medio de todos japoneses a presión, tuvimos que tragarnos 15 minutos al monje y no entendíamos nada de nada.
Lo mas divertido de esos 15 largos minutos fue el collejón que se llevo un chaval de 12 años por parte de su padre por llevar la gorra dentro del templo, pa verlo grabao y subirlo al youtube, jajaja.
En cuanto vimos un hueco entre la gente salimos corriendo de allí y salimos por la parte de atrás del templo, que además estaba en obras.
Seguimos nuestro peregrinaje por los templo de Nikko y subiendo unas escaleras de piedra y atravesando la puerta Niomon, flanqueada por dos estatuas de figuras Nio.
Llegamos a un patio precioso donde hay un establo sagrado(donde en la parte de arriba se encuentra el famoso grabado de madera de los tres monos sabios), una biblioteca de sutras, una fuente sagrada y el patio estaba rodeado por almacenes donde en la parte de arriba tienen maderas grabadas con animales como la de un par de elefantes, un fénix y muchos más.
En el patio había un camino para seguir, ya que en algunas zonas del patio había piedras que si no llevabas calzado adecuado eran un poco molestas, Sergio lo sabe por experiencia.
Volvimos a subir más escaleras de madera hacia la puerta Yomeimon, que conduce al patio final y a los santuarios dedicados al shōgun. Yomeimon es probablemente la edificación que tiene la decoración más elegante de todo el conjunto; sus columnas de madera fueron talladas de arriba hacia abajo, para hacerlas imperfectas a propósito. Una vez atravesamos la puerta, nos descalzamos y nos sentamos en un patio del templo donde hacía sombra y se estaba fresquito gracias a la madera del suelo. Vimos que la gente hacía cola para entrar en un sitio; pero no era el templo, si no que era para visitar una cocina tradicional japonesa, pero había que pagar y pasamos de entrar.
Después de 5 minutos sentados nos levantamos y fuimos a entrar al templo (también estaba en obras). Había otra cola para entrar en el e iba a paso de tortuga.
Una vez dentro descubrimos el porque de tanta lentitud al entrar, y es que nos encontramos otro grupo de japoneses dentro y donde había otro monje explicando e informando sobre cosas del templo (como un guía); pero esta vez si pudimos pasar y no tragarnos la charla sin enterarnos de nada. El templo era precioso, y en el techo estaba dibujado un enrome dragón muy parecido al dragón Sheron de Dragón Ball.
Salimos del templo y vimos un perro muy gracioso parecido al de “Men in black” el cual parecía que te iba hablar; justo a su lado había unas piedras colocadas de tal forma que parecía una tortuga, con sus 4 patas, cabeza y cola. A los japonense como le gustan estas cosas.
Paseamos por fuera del templo y vimos un par de estatuas que parecían 2 guerreros con bigote con cara de mala ostia, también vimos unos de barriles con ¿alcohol? de la marca “Nikko”, ¡como se ponen los monjes por estos lugares!; justo al lado había un par de “carros”dorados que debían de pesar lo suyo.

Bajamos otra vez por las escaleras, a la zona del establo sagrado y los almacenes; y compramos en una tienda que había allí una tablilla para escribir un deseo; así lo hicimos y lo colgamos al lado del establo sagrado, donde se encontraban los 3 monos sabios. Pero para poder poner el deseo en la tablilla, tuvimos que pedir a uno de seguridad que había por allí algo para escribir ya que no llevábamos bolígrafo y no veíamos nada para poder escribir.
Volvimos a pasar por la puerta Niomon, y una vez bajamos las escaleras nos fuimos por un camino de caballos que estaba a su derecha; decimos lo de caballos por que había cagaditas por el camino y se notaba las pisadas de los caballos en el suelo.
Caminamos hasta un gran tori de madera, una vez lo atravesamos llegamos hasta el Fuarashan Shine, donde lo estuvimos visitando y haciendo alguna fotos. Acabamos pronto la visita a este templo y seguimos nuestro viaje hacia el último templo que nos quedaba.

Para llegar al último templo tuvimos Para llegar al ultimo templo tubimos que subir un huevo de escaleras flanqueadas por puertas con 2 estatuas de guardianes a cada lado, había un montón de guardianes (2 por cada puerta) y no había ni un guardián igual, eran todos diferentes.




Mientras subías por las escaleras el paisaje era precioso, parecías dentro de un sueño. No habíamos visto tanto verde por todos lados, mirases por donde mirases estaba todo verde y lleno de árboles, y se estaba de fresquito, era una maravilla de la naturaleza. Había muchos farolillos de piedra por esa zona, cada 2 pasos te encontrabas con un grupo de farolillos juntos.
Una vez alcanzada la cima llegamos al templo Taiyuin; además de ser un templo bastante grande, estaba muy escondido rodeado de árboles y se encontraba bastante alejado del reto, por eso no había casi nadie en comparación con los que acabábamos de ver.
Entramos en el y nos encontramos un pequeño grupo de japoneses sentados al rededor de una guía que les estaba explicando cosas. Nosotros nos sentamos en un rinconcito al fondo del todo, pero como no nos enterábamos de nada a los 5 minutos nos fuimos de allí. Aunque se estaba a gusto estar allí sentado.
Al salir nos topamos con una andaluza hablando con una pareja italiana en italiano y nos pareció algo curioso, estar en Japón y ver una andaluza hablando en italiano. Sabemos que era andaluza por que se lo oímos comentar a ella a los italianos.
Paseamos tranquilamente por fuera del templo y tanto el templo por fuera como lo que lo rodeaba era precioso. Algo digno de ver. Salimos del recinto por otra salida y cogimos otro camino para la vuelta.


Mientras que volvíamos, nos paramos en una tienda de recuerdos bastante grande donde compramos unas postales y algunos recuerdos para nosotros y para un par de buenas amigas, Lydia y Marta del grupo de música Charm, que si nos están leyendo les queremos dar recuerdos y un gran abrazo.
Seguimos buscando algún sitio para comer y fuimos a una zona donde estaban llenos de puestos de comida para comer al aire libre y un restaurante grande al fondo.
Echamos un vistazo a los puestos a ver que nos apetecía comer y llegamos a uno donde vendía ramen con muy buena pinta. Al llegar al puesto había un japonés bastante obeso comiendo en una mesa y al ver que nos acercamos empezó hablarnos en japonés de malas maneras y a mover las manos como si nos estuviese echando; nos quedamos un poco pillados, al acercarse el cocinero/dueño del puesto nos digo que ya no servían comida por que ya estaban cerrado. Nos olía algo mal eso ya que el dueño seguía cocinando siendo tan solo las 14:30, además a otra pareja de turistas que venían detrás de nosotros les comentó lo mismo el de la mesa y el dueño. Tan solo faltaba poner un cartel que pusiese “Turistas y extranjero no son bien venidos”.
Nos fuimos de allí bastante cableados y bajamos hacía el puente Shikyo para la parada de autobús a ver si había allí algún restaurante para comer.
Vimos uno que tenían un menú bastante barato: un cuenco de ramen y un plato de curry con arroz y con bebida por tan solo 960 yenes. Entramos en el y vimos que la parte de abajo era una tienda de recuerdos y preguntamos por el restaurante; una japonesa nos llevó a una zona donde había unas escaleras que subían y nos dijo que esperásemos, enseguida apareció de las escaleras una japonesa algo mayor y nos llevó a la parte de arriba del edificio donde estaba el restaurante.
Eran las 15:20 y en el restaurante no había nadie y daba gustó estar allí. La mujer nos sentó en una mesa junto a una ventana y nos atendió muy amablemente, estuvo simpatiquísima en todo momento. Mientras esperábamos la comida nos quedamos maravillados de las vistas tan maravillosas que teníamos a través de la ventana, veíamos el parque natural de Nikko de fondo, así daba gusto comer.
Nos trajeron la comida enseguida y cuando vimos el cacho de cuenco de ramen( parecía un cubo de grande) y el platazo de arroz con curry pusimos los ojos como “platos”. Estaba todo riquísimo, nos pusimos las botas y no pudimos con todo. Una vez que comimos el ramen de allí, ya ningún ramen que hemos comido aquí sabe igual.
Una vez terminamos de comer fuimos a bajar las escaleras, pero justo antes de bajar nos fijamos que justo en la sala de al lado de donde estábamos comiendo habían unas mesas típicas japonesas bajas donde comes sentado en el suelo, y nos dio un poco de rabia no haberlas visto antes, nos hubiese molado haber comido en ese tipo de mesas.
Bajamos las escaleras y fuimos a pagar la comida, donde estuvimos 5 minutos esperando a que nos atendiesen. Una vez pagamos, echamos un vistazo a la tienda de recuerdos y resulta que vimos bastantes cosas más chulas y más baratas que las que vimos en la tienda de recuerdos que había en la zona de los templos.
Salimos de la tienda eso de las 16:00 aproximadamente, y fuimos a la parada de autobús que estaba al lado de la tienda a coger el bus. Tardo unos 10 minutos en pasar, y una vez lo cogimos fuimos hasta la estación de Nikko.
Al entrar a la estación vimos que estaba el tren que nos llevaba de vuelta a Utsunomiya. Entramos rápido para no perderlo y ya había gente sentada dentro de el, pero no mucha.
Mientras esperábamos a que saliese el tren, entró un matrimonio con sus 2 hijos pequeños; el matrimonio se sentó a nuestro lado y sus 2 hijos enfrente; nosotros nos movimos hacia un lado para que se sentasen todos juntos; y al hacer este gesto hacia ellos no pararon los 4 de hacernos reverencia y agradecérnoslo; nos quedamos un poco alucinados por que aquí en España ya casi ni te dan las gracias, pero al ver que te daban las gracias de ese modo los 4 y con tanta insistencia te daban ganas de quedarte allí y no volver, daba gusto estar rodeado de japoneses.
Estuvimos bastante tiempo esperando a que saliese el tren (25 minutos aproximadamente) y por fin a las 16:55 salió.
Se nos hizo el viaje de vuelta más largo que el de ida, debe de ser que íbamos ya cansados. Aunque dentro del tren no te aburrías; había un grupo de españoles montando un poco de jaleo; pensando que los japoneses en el transporte público soy muy silenciosos y respetuoso, y metes a unos españoles (que no nos callamos ni debajo del agua) en un tren, se nota nuestra presencia a la legua.
Llegamos a la estación de Utsunomiya en 45 minutos, y una vez bajamos del tren, fuimos hacia la Tohoku Line para coger un Shinkansen que nos llevase hasta la estación de Ueno.
Mientras esperábamos al Shinkasen, el suelo del anden empezó a temblar (parecía un mini-terremoto) y la causa de ese temblor lo comprobamos en el momento; un tren bala paso por nuestro lado a una velocidad endiablada sin hacer parada en la estación, el suelo en ese momento empezó a temblar más fuerte. A Sergio, que le encantan la adrenalina, ese momento de pasar el tren a nuestro lado a esa velocidad le entró un subidón que cuando se acuerda de ese momento se le pone los pelos de punta.
A un par de minutos de haber pasado el tren bala, vino nuestro Shinkasen de 2 plantas. Nos tocó en la parte de abajo, y además separados; Miriam en el asiento de alante y Sergio justo en el asiento de atrás, así que Sergio le pasó la Nintendo DS a Miriam para que estuviese entretenida jugando y escuchando música durante el viaje.
El tren salió de la estación a las 17:50 y mientras Miriam jugaba y escuchaba música, Sergio se estuvo entreteniendo con una bebe de un año que estaba con su madre sentada justo a su lado. La pequeña no paraba de llamar la atención de Sergio y a veces le intentaba agarrar de la camiseta, la madre estaba cortadísima y no paraba de disculparse por el comportamiento de la pequeña, pero al ver que Sergio le seguía el juego a la pequeña, la madre se quedó algo más tranquila. La peque de tanto trastear se quedó dormida la mitad del viaje, hasta cuando estuvimos apunto de llegar que volvió a las andadas.
Llegamos a las 18:38 a la estación de Ueno y antes de salir Sergio se despido cortésmente de la madre y de la pequeña.
Llegamos a la habitación del hotel a eso de las 19:15 aproximadamente, y ya no volvimos a salir más ese día; estábamos cansados y no nos apetecía mucho.
Miriam al ser tan pronto, aprovechó para bajarse a la duchar ya que a esa hora no había tanta gente en ella. Mientras, Sergio estuvo preparo y repasó el planning que íbamos hacer para el día siguiente.
Miriam subió de las duchas a eso de las 19:30 y estuvo hablando por Messenger con su madre. Sergio por su parte, estuvo tumbado to a gusto encima del futón haciendo zaping en la tele e intercambiando un partido de béisbol y un resumen de los partidos de fútbol de la liga japonesa. La verdad es que después de ver el resumen de la liga japonesa, he visto que los japoneses juegan bastante bien al fútbol (por eso ganaron el otro día a Camerún en el mundial).
A las 20:30 Sergio se bajo al Mc Donald de al lado del hotel a comprar algo de cenar; compró un par de menús supergrandes y se lo subió a la habitación.
Estuvimos cenando mientras veíamos la tele y charlábamos sobre lo acontecido durante el día y lo que íbamos hacer para el siguiente.
Lo divertido vino después de cenar, y es que como acumulamos mucha basura con los restos de la cena (bolsas, papeles, vasos de plástico de las bebidas, etc.) que no cabía todo en la pequeña papelera. Era un poco cantoso todo dejar todo eso hay, así que Sergio tuvo una idea…
Como tenía que bajar a ducharse, y en cada planta había cubos de basura más grandes, fue dejando en cada cubo bolsitas con lo que sobro de la cena, pero todo muy bien colocadito, jajaja.
Al entrar en las duchas, había un japonés metido en el onsen dándose un baño; Sergio se estuvo duchando mientras que a veces escuchaba al japonés del onsen decir cosas en bajo, Sergio se giro a ver que pasaba, y veía al japonés ponerse una toallita encima de la cabeza, tirarse agua encima de la cabeza y a empezar a decir cosas para si mismo con los ojos cerrados, como si estuviese rezando. Cuando acababa se salía, se duchaba y volvía a entrar al onsen y repetir la misma operación; que miedo daba el tío. Menos mal que enseguida vino otro japonés a las duchas y el del Onsen se fue enseguida. Este último que entró era muy gracioso por que al ver a Sergio dentro de las duchas (siendo occidental) se cortó mucho y estaba todo el rato con la toalla en sus partes y miraba de reojo muy cortado, aunque Sergio se levantó del taburete de la ducha sin taparse ni na y se metió al onsen a relajarse sus 10 minutitos. El cortaillo se fue enseguida de allí y Sergio se quedo la mar de a gusto y muy relajado.
Al subir a la habitación Miriam le enseñó las picaduras de las piernas que le salieron el día que estuvimos en Hamarikyu y esta vez eran más grande y decía que le picaba mucho, pero no quiso ir ni al medico ni a ninguna farmacia por que decía que para 2 días que nos quedaba en Japón se aguantaba.
Sobre las 22:30 nos fuimos a la cama a descansar después de la paliza en Nikko, pero muy contentos de haber disfrutado de un lugar tan maravilloso y fantástico como Nikko, pero nos quedamos con las ganas de ver su lago y sus cataratas. Cuando volvamos a Japón será una visita obligatoria.
CONTINUARÁ...

5 comentarios:

Gus dijo...

Una pena que estuviera tan lleno de gente (si fuimos el mismo dia) ya que le quita todo el encanto.

Al menos no se acercarian los mosquitos a los ojos! suerte que se le pasó con que te avisa de lavarte una vez pase el efecto porque es perjudicial.. pues en los ojos imaginate.

Si volveis la cascada y el lago es de lo mejor que vi en el viaje, naturalez, tranquilidad y menos guiris, bueno y el trayecto en autobus toda una atraccion, ya lo vereis si veis el video cuando lo ponga.

Sergio y Miriam dijo...

pues si, la verdad es que esaba lleno de gente y no se pod´´ia disfrutar mucho de los templos
creo que m gusto mas el ultimo por que no habia cai gente.tenemos muchas ganas de volver e ir a ver las cataratas y el lagoñ tiene q er impresionante.ya tenemos ganas d ver el video para verlo.
asi que volveis a japon. que enviada. nosotros por que estamos liados con el piso y no tenemos pasta que si no si volveriamos.
aunq si no es para el año q viene para el proximo sin falta voleremos.

Gus dijo...

SI,en apenas 12 dias, Que miedo el "vion!!"
No ibamos a ir ya que estamos mas pillaos de pasta con las reformas del piso, pero hacienda ha soltado pasta y la agencia de Portal Japon (con la que hablamos en el expomanga) nos ha soltado una ayuda/patrocinio de videos :)

Sergio y Miriam dijo...

q guay,eso si que es montarselo bien.jajaja. nosotros hacienda tan solo nos debolvio 90 euros de mierd....jajaja.
nosotros por que estamos pilladisimos con el piso que si no si hubiesemos ido.pero otro año sera, nos conformaremos con ir 15 dias a guardamar apartir del miercoles que viene.
que os lo paseis bien y cuidadin con el vion.

Gus dijo...

Nos vamos el mismo dia ;)

Algo es algo, en la playa se esta dabuti, al menos descansas, la verdad es que tengo mono de playita :) pero mientras podamos ir lejos aprovecharemos.

A la vuelta yaos idre nuevos sitios chulos para cuando vayais.